El embajador Ronald Johnson, retó al Canciller, Juan Ramón de la Fuente, para la final de la Copa Oro de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol, Concacaf, que se disputarán este domingo a las cinco de la tarde entre las selecciones de México y Estados Unidos.
Johnson propuso que el perdedor del partido se tome una foto usando la camiseta del equipo ganador y en su cuenta de X comentó: “fuera de la cancha hay amistad, respeto y admiración, pero en la cancha hay una rivalidad. Vamos por el oro”.
De la Fuente al ser un hombre inteligente no le ha contestado, sabe que el embajador pudiera tener información clasificada sobre el resultado del partido, ya que es reconocido como uno de los mejores agentes que ha tenido la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y con eso lleva ventaja.
Además, sí Johnson es un ex Boina Verde, experto en operaciones especiales, pudiera tener amenazados a varios jugadores mexicanos con quitarles la visa y acusarlos de tener vínculos con alguna de las organizaciones del crimen organizado en México.
Y aunque esto no fuera cierto, eso haría perder a la selección mexicana de fútbol contra Estados Unidos, ya ven que Donald Trump y sus colaboradores acusan si comprobar y esto mismo podría suceder con la apuesta de Johnson.
El partido de México contra los Estados Unidos será a las 17:00 horas cinco de la tarde y quien gane
será el campeón de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf) y por lo que vemos los jugadores norteamericanos tienen un buen padrino que los puede hacer ganar. Ni más ni menos.
Al cierre. Que el senador Waldo Fernández ya no sabe ni que hacer para llamar la atención de los electores y es que alguien le ha dicho que haciendo el ridículo y denigrándose ante los neoloneses puede conseguir que volteen a ver sus payasadas.
Ahora el legislador salió con la brillante idea de concientizar a la gente sobre el bienestar animal utilizando un perro robot con inteligencia artificial al cual le llama: “Waldog” y esto sí que rebasa cualquier idea que pudiera existir sobre la mercadotecnia política ya que es muy innovadora.
Sin embargo, a partir de ahora la gente en lugar de invitarlo a comer, le regalará croquetas, a lo mejor un hueso de plástico o carnaza para que se entretenga o también le empiecen a chiflar.
¿Qué le parece? Si no sucede nada, esta propuesta habrá pasado la prueba del ridículo entre la gente y a lo mejor a partir de ahora el senador se la pasará tratando de ser un perro y sin cadena.
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