Después de tres años el gobernador Samuel García ha propuesto un nuevo comienzo porque lo único a lo que se ha dedicado es a perder la credibilidad y confianza de los ciudadanos.Ha terminado con la comunicación que tuvo con los actores políticos, con los organismos de la sociedad y con gran parte de los empresarios, sus monólogos en las redes sociales sólo satisfacen su ego y cree que con su mensaje es más que suficiente.
Por ejemplo, con las distintas bancadas del Poder Legislativo les habla a través de sus colaboradores, no busca negociar con ellos y mucho menos acordar con las diputadas y diputados alguna reforma, iniciativa de ley o propuesta para adquirir un crédito.
Con los alcaldes acuerda apoyos para el progreso de sus municipios y no los cumple o los da a medias, por su falta de compromiso e irresponsabilidad, ha impedido que el desarrollo urbano de la zona metropolitana mejore y logre el bienestar de la gente.
Habla mucho y no hace nada, dice que vienen inversiones –como Telsa- y resultó un rotundo fracaso, aseguró mejorar la movilidad y hace falta transporte, así como modernizar las vialidades.
Su ambición sin medida le gana más que ser responsable con los ciudadanos y ha demostrado que cuando en un programa, obra o acción de gobierno se maneja dinero de por medio, siempre lo quiere controlar para hacer negocios y quedarse con parte del monto como sucedió con la reforestación.
Y ahora Samuel sale diciendo que busca un nuevo comienzo con la sociedad, los actores políticos, empresarios y esto realmente provoca sospecha y desconfianza.
La gente sabe que detrás de su mensaje lo único que busca es que el Congreso le apruebe un nuevo crédito o que le perdone el inminente juicio político que le aplicarán por las 30 sanciones que ha obtenido por el Tribunal Federal Electoral.
Samuel dice que el nuevo Nuevo León que busca es un Nuevo León donde todos crezcan parejo, que sea de respeto, paz política, donde se trabaje en unidad y con la mira alta, para que le vaya bien a los alcaldes, diputados, senadores y autoridades.
Pero esto más bien parece una burla y ahora nos damos cuenta que su cinismo no tiene medida. Así que ¿habrá alguien en su sano juicio le crea a Samuel? Pues claro que no.
Y cuando dijo todo esto, la gente que estaba -en el Patio de Honor del Palacio de Gobierno- en la conmemoración del 201 aniversario de la fundación del estado, empezó a buscar debajo de las mesas, sillas y rincones de palacio para conocer a quién le estaba hablando, pero nadie lo encontró.
Y como bien dicen por ahí… de lengua mejor me como un taco.
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